Economía Formal e Informal

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En el caso de la economía formal podemos decir que se corresponde con todas las actividades económicas, que se generan en un territorio determinado y bajo ciertas restricciones legales que regulan el cumplimiento de ciertos postulados (leyes) que ordenan la convivencia social organizada; y protegen a los trabajadores a través de la seguridad social (asignaciones familiares, entre otras), como así también de las eventualidades o contingencias mientras se está realizando o prestando actividades o tareas laborales (enfermedades, seguro de vida, protección contra accidentes, etc.)
En cuanto a la economía denominada informal en diferentes países se utilizan nombres diferentes: economía informal, economía subterránea, economía paralela o simplemente mercado negro. Pero la conceptualización es la misma.
En esencia el problema parte desde su propia definición: la economía informal define a todas las actividades no registradas, que no aparecen en las estadísticas oficiales y que están fuera de los beneficios de la seguridad social. Y lo que es peor aún, desde nuestro punto de vista, no pagan impuestos.
Por otra parte, también hay dificultades en delimitar el porcentaje de delimitación en la generación de riqueza en una región o provincia (lo que técnicamente se conoce como P.B.I. regional o geográfico).

Economía Sumergida en Chile y México.

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Chile

En 1970, Chile contaba con la proporción más alta de asalariados de América Latin, denotando la extensión alcanzada por la organización de la producción capitalista. Esta situación cambió tras el golpe de Estado de Pinochet. En ese período, el empleo informal se desarrolló muy rápidamente, diversificándose y multiplicándose desde entonces. Los sindicatos de trabajadores eventuales, transitorios y de inter-empresas que fueron autorizados legalmente (sin poder integrar las confederaciones clásicas) lograron desarrollarse por iniciativas particulares (en algunos casos, con apoyo de entidades preexistentes sin fines de lucro.
Luego del golpe de Estado y de varios ajustes, la economía chilena se liberalizó más que en cualquier otro país de la región y comenzó a presentar un crecimiento anual sostenido del PIB. A pesar de este logro económico, la situación actual demuestra un fuerte retroceso en las relaciones laborales.
Aunque la pobreza parece haber disminuido (así como las tasas de desempleo), el crecimiento económico no logró resolver el problema de la redistribución de los ingresos y de las desigualdades sociales: el 25% de los chilenos vive en condiciones de pobreza y se encuentran, en su mayoría, concentrados en las zonas urbanas.
En 1997, el 44,7% de las PyMes (rurales y urbanas) formaban parte de la economía informal.
Actualmente, el empleo informal representa el 36% de las actividades de la PEA según el informe de la OIT. La mayoría de los trabajadores informales son cuenta-propistas, mujeres y ganan menos que el promedio de ingreso nacional.

México

Aunque la década de los 90’ significó grandes cambios económicos para el país (la adopción de políticas financieras más liberales y la privatización de su economía formaron parte del programa de restructuración de su economía), las políticas économicas centradas en el sector de las exportaciones ya fueron implementadas a partir de los años 80’. El crecimiento del empleo informal parece corresponder al principio de las reformas económicas adoptadas tras el período de substitución de las importaciones (en 1996).
La mayoría de las exportaciones se dirigen hacia los Estados Unidos en el marco de intercambios entre firmas. Esta política económica centrada en el comercio externo no significó importantes mejorías para el mercado interno mejicano ya que solo desarrolló actividades en el sector denominado “maquiladora”. Este sector industrial se caracteriza por su precariedad (las condiciones de trabajo son difíciles y las remuneraciones son bajas) y el hecho de que no genera nuevas fuentes de trabajos.
Los acuerdos comerciales no representaron entonces un impacto positivo para los trabajadores: según la OIT, el 85% de las nuevas fuentes de trabajos creadas en la década de los 90’ se encuentran en la economía informal. Las cifras son representativas: en 1997, el empleo informal urbano y rural representaba el 31,9% de las actividades según la definición nacional y el 53,8% de los trabajadores en las PyMes (rurales y urbanas) eran informales. Según la OIT, en 1998, el 64% de la PEA trabajaba en actividades informales urbanas y rurales.
En el 2000, el empleo informal total representaba el 62% de la economía nacional, mientras que el empleo informal no agrícola representaba el 55% en la misma. Los datos actuales indican que la mayoría de los trabajadores informales son hombres, contrariamente al resto de los países de América Latina (salvo para el Caribe).
En México, para el año 2000, la economía informal era una fuente de trabajo importante en las zonas rurales: el empleo informal se calculaba en un 77% en aquellas áreas con menos de 100’000 habitantes y en un 46% para aquellas con más de 100’000 habitantes. El empleo informal es importante en cada sector de la economía: representa el 94% de las actividades en la agricultura, el 73% tanto para la construcción como para la industria, el 63% para el transporte, el 48% para el sector servicio y el 22% del servicio financiero, seguros y Estado.
En la actualidad, el gobierno nacional pretende sostener un proyecto de microempresas que, según las conjeturas, podría incrementar las cifras de la informalidad. Si se acepta los acuerdos del ALCA, se puede esperar un aumento considerable de la economía informal en pos de competitividad.

La Economía Informal en otros países

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Es evidente que la economía informal no sólo existe en Colombia, sino que se presenta en países con similar grado de desarrollo que el nuestro; basta con mirar tres casos de otros países latinoamericanos como Perú, Chile y México, para comprender que su aparición es un común denominador en las Naciones que se encuentran en vía de desarrollo. Esto no quiere decir que la economía informal se presente únicamente en países atrasados, pues tambien es conocida su existencia en otras naciones que han alcanzado un mayor grado de desarrollo.

Se considera que en los países del tercer mundo surge, en la mayoría de los casos, por la incapacidad que tiene la economía formal de brindar empleo a toda la población económicamente activa. En los Países desarrollados se estima que su aparición se debe a distintos factores como son, entre otros, la evasión de impuestos y el no cumplimiento con las reglamentaciones existentes en cada país; factores de cuya presencia no se excluyen los países en desarrollo.

Dentro del conjunto de estudios realizados tanto para países subdesarrollados como para desarrollados es interesante apreciar algunos de los resultados allí logrados. En Perú, por ejemplo, según la investigación llevada a cabo por el Instituto Libertad y Democracia (ILD), las actividades económicas informales alcanzan en 1.984 una participación del 38,9% con respecto al Producto Interno Bruto registrado por las Cuentas Nacionales; concluyendo además, que las actividades informales están concentradas en servicios diversos, comercio al por menor y manufactura, con una participación en conjunto del 67,8% del PIB informal (1).

Por otra parte la Organización Internacional del Trabajo (OIT), por medio del Programa Regional del Empleo para América Latina y el Caribe (PREALC), en investigaciones realizadas en México y Chile para el año 1.970 (2), concluye que “el sector informal urbano en ambos países absorbe aproximadamente el 40% de la fuerza de trabajo urbana o entre el 22% y el 27% de la total. Su participación en el valor agregado urbano fluctúa entre el 13% y el 20%...”. tambien afirma que las industrias manufactureras absorben el 23% del empleo del sector informal, mientras que los servicios personales y las actividades del comercio aportan el 70% de ese rubro.

De otro lado en Italia, el Instituto Central Italiano de Estadística (ISTAT) encuentra que la “economía subterránea”, llega a tener un tamaño equivalente al 17,5% del Producto Interno Bruto para el año 1.985. dentro de ésta participación, el sector servicios alcanza el 28,4%, ocupando el primer lugar en participación dentro de las actividades desarrolladas en la “economía subterránea”.

En España, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), indica que para 1.985 había 3 millones de empleados que no están incluidos dentro de la población económicamente activa y que participan de la “economía sumergida”. Según expertos españoles la “economía sumergida¨ participa de un 25% con respecto al Producto Nacional Bruto.

Es pertinente decir que en los países desarrollados se designa como “economía subterránea”, “economía sumergida”, etc, aquellas actividades económicas que de una u otra forma están fuera de lo formal, sin incluir actividades que no son socialmente deseables, como el contrabando, el narcotráfico, etc.,designaciones que para investigaciones como la del ILD en el Perú y la presente investigación asume el nombre de actividades económicas informales.


(1) INSTITUTO LIBERTAD Y DEMOCRACIA .
Estimación de la magnitud de la Actividad Económica
Informal en el Perú. Lima: ILD, 1.986. p. 76 y 95 cuadro 11.
(2) TOKMAN, VICTOR. Influencia del sector informal urbano
Sobre la desigualdad económica. En: Trimestre Económico.
México, Fondo de Cultura Económica. 1.981 p. 936.